ANEKDOTARIO

Pato mareado

Hace tiempo que no escribo, supongo que la rutina genera esa dejadez de palabra.
Pero últimamente todo está cambiando, todo me está cambiando. Sensación de inestabilidad ante las nuevas circunstancias, pero sensación a la vez de vivir, de arriesgar, y de evolucionar.
Me siento como un pato mareado, con unos zapatos que no son de mi talla, y con los cuales me caigo a cada paso que doy, pero me vuelvo a levantar porque quiero aprender a caminar... y quiero hacerlo con estilo.
Tengo sensaciones contradictorias, supongo que por la falta de costumbre, o porque mi ritmo de vida está cambiando y aún no sé cómo actuar. Pero sé que quiero este paso, sé que quiero jugármela. Con un miedo que da vértigo, y venda en los ojos, pero no voy a dejar que el miedo haga a mis piernas temblar, no me voy a quedar paralizado. Igualmente el miedo siempre es el miedo... y merece un respeto.
Me gustaría verme dentro de un par de meses, para ver dónde y cómo estoy. Pero bueno, aún no soy Michael J. Fox. Así que me conformaré con imaginarme mi situación futura.
El que no arriesga no gana, esa siempre será mi filosofía. Caerme y levantarme han estado a la orden del día en mi vida, así que en ese sentido no me llevaré ninguna sorpresa. Tengo un escudo especialmente protector, que son mis amigos, y con los cuales sé que puedo jugármela tantas veces como quiera, porque si yo no me levanto... ellos lo harán.
A ver qué pasa.
Adelante