ANEKDOTARIO

De todo un poco

Realmente por muchas cosas que uno viva, y por más que nos hagamos mayores, maduremos y todo eso, la vida y la gente no deja de sorprendernos.
También es cierto que es difícil que te decepcione algo que ya te ha decepcionado. Se llamaría a eso "redecepcionar"? Es una palabra tan grave y tan desagradable que ni a Lázaro Carreter yo creo que se le ocurrió. Pero supongo debería existir dicho concepto, ya que existe en la vida real. Rara vez escribo sobre este tipo de cosas por aquí, pero mis cojones están tan sumamente hinchados, que creo es imposible dejarlo pasar de largo. Las preferencias de algunas personas han sido patentes en estos últimos días (una vez más), y a mis espaldas (una vez más). Pues bien... TARJETA ROJA. Definitiva. Es la segunda que utilizo en toda mi vida. Duro, difícil, y la última opción a la que recurro. Pero si no queda otra alternativa... Ahí va. Fuera de mi vida. Y aquí se acaba todo.Triste, pero es lo que hay. Ni una palabra más sobre este tema, no merece más la pena. En absoluto. FIN.
En otro orden de cosas (bastante más agradables), llegan a mi vida ciertamente Aires de Felicidad, traidos con vientos caribeños. Parece mentira que uno se tenga que ir tan lejos para encontrar algo que está tan cerca... Pero la causalidad me llevó hasta el punto actual, y la verdad que estoy realmente encantado. Tampoco es que las cosas hayan sido fáciles, ni lo vayan a ser, ni mucho menos. Pero las oportunidades las tienen quienes se las merecen, y quienes se lo trabajan. Parece que la apuesta sale adelante esta vez. Confío y espero que siga siendo así.
Los cambios de actitud que llevo teniendo desde hace algún mes parece que dan sus frutos. Hacía falta un poco de sobriedad, de serenidad, y de profundidad. La verdad que sí. Supongo que a veces uno se cansa hasta de sí mismo, y necesita renovarse y buscar un cambio, una mejora. Creo que está sucediendo así, pero esto es lo de siempre... Poco a poco.
El balance actual en mi vida es sin duda... positivo. Valoro mucho más todo lo bueno que me está pasando. Porque ello lo merece, y porque creo es la mentalidad adecuada. Seguimos adelante.

Punta Cana me confunde

Playas paradisíacas, mares cristalinos, arena blanca, fiesta 24 horas, hotel de película, piscina con bar, fort a sec a saco, Isla Sahona, estrellas de mar, risas por un tubo, palabras asquerosas con las que partirse (ryalcao, revenido, güito, cataplín, vulva, chichilla, alcahueses, cacaolat...), Pablito 100% (ganador de un concurso de baile y tal, oye), Mary mítica, Rocío Jurado que la tía sigue viva, Caramelos sobones, segundos que parecen minutos, altibajos, nuevos descubrimientos...
Realmente un viaje de contradicciones en lo que a mí respecta. Tengo casi 27 años, y noté alguna diferencia que otra con respecto a la práctica totalidad de la gente, supongo que no me di cuenta hasta este viaje. Ya no soy un crío... una lástima.
En determinados momentos me sentí en el paraíso, en otros... no. Punta Cana me confundió. Las circunstancias a veces dan la espalda en el peor momento, justo cuando no tienes salida alguna. Aceptarlo es lo único que puedes hacer.
Pero ha sido un viaje que por supuesto es para recordar durante muucho tiempo, y del cual creo que me llevo conmigo un país, unas experiencias, un@s amig@s, y a saber qué más... Pokito a poko.
Gracias Pablito y Mary por todo. Os debo un bananamama mamañeema!

En Altos de Chavón
Mary & Me
Que me registren!
Los chavales
Mamañema
Rachel & Me
Tati, Mary e Ire
Jugando a palabras asquerosas
Cocoslocos
2 cubatas
Tati & yo
Nere
Els meus amics: Roger y Marc
Al fondo...el espíritu de Papuchi
Entre rejas

P.D.: Más fotitos en breve.

Punta Cana... ya llega.

En la última semana he comprendido que realmente necesito este viaje.
Increíble viaje en compañía de Pablito y Mary, aparte de todo el reparto de gente que conoceremos por allá.
Supongo que al necesitar este viaje, lo viviré más intensamente aún si cabe.
Me tomaré un Mojito y un Cocoloco por cada una de las personas que estáis en mi cabeza.
Nos vemos a la vuelta.
Mua
Re-invent yourself.

Altibajos

Todo cambio supone una adaptación. Estamos diseñados para, pase lo que pase, amoldarnos a los nuevos parámetros sobrevenidos, a las nuevas circunstancias. Lo que ocurre es que cuando esos cambios son drásticos e inesperados, nos desconciertan, y duelen. Somos frágiles, algunos más que otros, y toda novedad necesita un tiempo de reacción para un correcto amoldamiento.
Esta vez las circunstancias han podido conmigo. Me han pillado totalmente desprevenido. El hecho de estar acostumbrado a un ritmo de vida, a un optimismo exacerbado, y a una concatenación de hechos positivos, me han hecho confiarme, y eso me lastimó. Un dolor que no recordaba, y al que estaba acostumbrado hace tiempo. De hecho siempre fue mi estado natural, pero me había olvidado de eso. No es que se me haya venido el mundo encima, tampoco ha pasado algo tremendamente relevante. Pero simplemente 2 ó 3 hechos aislados reunidos en un corto espacio de tiempo me han hecho abrir los ojos un poquito, y ponerme en guardia ante lo venidero.
Todo se vuelve, está comprobado. Y puede que en ese concepto esté la justicia. Pero ahora no lo veo así, no me parece justo. Obviamente no soy objetivo, pero es mi humilde punto de vista.
Una vez más necesito que este fin de semana acabe, y que con su fin pueda volver a retomar la senda alcista a la que estaba acostumbrado. Lo que sí que está claro es que los altibajos hacen a uno despertar. A ver...

Para!

Apenas ha empezado el fin de semana y ya necesito que se termine!
Todo mal. Absolutamente todo. Cada cosa que hago o digo, la cago, no me lleva a ninguna parte. A veces cuando intentas hacerlo todo bien, teniendo cuidado de cada uno de los detalles, es cuando todo se te viene en contra. No es justo, joder, no lo es.
Hacía mucho tiempo que no tenía ganas de llorar. Hoy sí...