ANEKDOTARIO

Hacer daño

Hace años nunca hubiera pensado que sentimentalmente podría hacer daño a nadie. Pero parece que sí lo puedo llegar a hacer. Al menos sé que sí he podido hacerlo en los últimos años.
Puedo asegurar que nunca fue intencionadamente. Aunque... claro, este dato es nítidamente subjetivo. Pero mi sensación es esa.
A mí también me han hecho daño, obviamente no me salvo. Y otras muchas veces he sido yo mismo el que me he automutilado emocionalmente hablando. Pero eso quizás no es tanta novedad para mí, y no es el punto del cual quiero hablar ahora.
Una realidad patente es que siempre el dejado sufre más que el "dejador". Hasta ahí creo que todos coincidimos... no? Pero es cierto que hasta hace poco realmente no me había dado cuenta que no todo es tan fácil para aquel/aquella que da por finalizada la relación. No sabía que también a esa persona le puede paralizar su vida, o al menos.. trastornarla.
Pero las decisiones no se suelen tomar a la ligera. O al menos ese tipo de decisiones. Siempre hay algo que no está bien detrás, algo que entorpece el correcto engranaje existente entre dos personas para que toda esa maquinaria sentimental tan sumamente compleja funcione de manera adecuada, sencilla y automática. Si se fuerzan las manecillas, ya puedes ir diciendo adiós a tu tan preciado "reloj Tag Heuer Mónaco Edición limitada". Porque se te romperá, y lo perderás igualmente. Ese tipo de decisiones siempre pasan por algo, y mirar para atrás no suele ser muy conveniente. Porque si lo haces, generalmente a la primera persona a la que volverás a besar será a la farola que hay delante de tus narices. Lo jodido es no echar esa famosa miradita hacia atrás durante un segundo, aunque sólo sea para hacerte sonreír y disfrutar de aquello que alguna vez fue.
Los "Adelantes" a veces necesitan de un empujoncito. A ver.