ANEKDOTARIO

La vida en obras

En construcción.
Parece que entre vigas y andamios se mueve la vida que estoy viviendo en estos momentos.
Sin un trabajo plenamente estable, sin una sonrisa cómplice y unos ojos que me inviten a naufragar, sin nadie que dé letra a mi canción, sin una clara definición de mis objetivos más inmediatos, sin una señal que indique...
"¿Llegarás rumbo directo al corazón, dándole forma a esta canción, para llenar cada rincón, cada segundo...? Por si me pierdo, dejaré luces en cada anochecer, por si no me ves..."
Construyendo un futuro sobre un terreno llano, pedregoso, estéril. Pero con la plena confianza (a veces golpeada) de crear un lugar que sea mi refugio, una mansión que me defina, una chimenea que me dé calor, un lugar en el cual pueda compartir lo más íntimo de mí, mi hogar y mi vida.
Tengo el mono azul puesto, y un casco que no me sienta muy bien, pero puede que trabajándoselo ahora, toda esta mierda dé sus frutos. Seguro que los da. Confío y espero, como dijo aquel.
¿Se puede ser realmente feliz? Plenamente, quiero decir. Yo creo que sí, aunque apenas he podido rozar ese sentimiento con la punta de los dedos. ¿Se puede acabar una casa sin que al final se le descubra alguna grieta por alguna parte? Difícil, pero creo que no imposible. Busco la perfección, soy inconformista, no me vale el empate, aunque esa actitud me valga perder una liga, o mi casa se venga abajo. Pero al menos, lo habré intentado. Luuucha!