ANEKDOTARIO

Última parada - Gandía

Todo lo bueno, como es habitual, se termina, y estas vacaciones no van a ser menos.
Mi última semana la pasaré practicamente íntegra en mi Xeraco del alma. Allí me encontraré con mis amigüitos Pedro y Luis, y el viernes 21 seguramente será el único día que montemos el pollo por tierras falleras. El resto de la semana me quedo solo por allí. Serán días de recuerdos, de resúmenes, de tranquilidad, de conclusiones, de renovación de objetivos, de renovación interior... Tiempo habrá, supongo.

Es en este lugar y en este tiempo del año donde siempre intento partir de cero. Es decir, después de hacer un pausado balance de lo que ha sido mi vida en este último año, intento ver qué merece la pena y qué no, intento ver qué he hecho mal y qué he hecho bien, intento corregir mis errores, evolucionar, ser un `yo´ algo mejor.
Es un momento que considero indispensable vivir cada año, porque me ayuda a recapacitar. Un momento de necesaria soledad.
La verdad es que este año tengo algo de miedo en relación a estos días de reflexión, porque creo puedo decidir cosas muy importantes de mi vida. Estoy cagadito, realmente. Lo único que quiero es no volver peor de lo que fui, eso lo intentaré con todas mis fuerzas. Espero también no cometer ningún `error´ debido a un momento de flaqueza, eso también lo intentaré con todas mis fuerzas. Espero venir con las pilas cargadas y con objetivos renovados e ilusionantes.
Por todo ello, mi amor, mi respeto y mi deuda con esa playa, que forma parte de mi vida, de mí.
Una Bonita Tarde