9 de Marzo 2004
Yo soy yo y mis circunstancias
Cada día que pasa estoy más convencido de que nosotros somos la suma de dos elementos: el yo más intrínseco a nuestra persona + cada circustancia que vivimos.
El primero, el yo, es nuestra base, lo que nos define, son nuestras características básicas. Nuestros genes hacen que estemos predispuestos a tal actitud o a tal otra. Cuántas veces habremos escuchado la frase "yo soy así y no puedo cambiar, acéptame tal como soy".
Pero hay algo que sí nos puede hacer cambiar, y de hecho nos cambia a diario. Son las circustancias. Cada instante, cada segundo cuenta, y puede hacernos modificar un punto de vista, una acción o un comportamiento. Yo siempre digo que nosotros podemos variar ciertas actitudes, o incluso crearlas, pero nunca eliminarlas por completo. No comparto la filosofía del "yo soy así y se acabó", pero una pequeña parte de esa frase está en lo cierto.
Lo que sí hay que tener claro es que gracias al doble factor yo-circunstancias, y especialmente gracias a éste último, cada uno de nosotros aprendemos, nos pulimos, mejoramos. Cada vez que pasamos por una mala experiencia eso nos suele (repito, nos suele) dar curriculum para saber cómo evitar pasar por ella en otras/s ocasion/es. Cierto es que siempre hay alguna persona que en vez de mejorar, empeora, pero son las menos, y en la viña del Señor tiene que haber de todo, supongo...
Cada momento por el que pasamos nos define, y nos definirá en el futuro. Lo importante es que tú domines ese momento, no que el momento te acabe dominando a ti. Siempre será más importante el YO que la circunstancia, aunque es cierto que a veces la circunstancia acapara toda nuestra visión y el árbol no nos acaba dejar viendo el bosque. A talar el dichoso árbol entonces!
Poco aprendí de filosofía en el colegio, no me solía gustar. Pero hay frases que me marcaron, y ésta fue la que más.
En relación con todo esto hay que tener en cuenta una cosa. Las circunstancias son diferentes para cada persona, eso está claro. Y según avanzamos, los puntos de vista van modificándose. Yo eso ahora lo empiezo a ver en mucha gente. Y está muy bien, sobre todo si es para mejor. Pero que quede claro esto: que cambie el punto de vista de alguien no implica necesariamente que el mío también lo vaya a hacer. Parece que las opiniones o los consejos van y vienen según lo que hayas vivido (o lo que estés viviendo), pero intentemos no ser tan subjetivos, señores, intentemos hablar desde un punto de vista neutro, serio y objetivo.
Cada vez que emito una opinión o doy un consejo siempre intento ponerme en el lugar de la persona con la que estoy hablando, ver su punto de vista y tenerlo en cuenta. Después hablo. Seguirá siendo mi opinión 100%, pero antes habré considerado todos los factores y así las palabras seguramente serán más correctas, más certeras.
Mi situación actual es totalmente distinta a la de cualquiera de las personas que estén leyendo estas líneas. Ni más ni menos importante, diferente. Por tanto pido que se comprenda y se respete de aquí en adelante.
Nada más.
Posted by rafapantomimo at 9 de Marzo 2004 a las 08:52 PM
Tienes razon, ademas, en parte, me recuerda a algo que escribi yo en su dia (eso si, vagamente). Tienes razon (bis)
Aunque no cambiamos si es verdad que vamos aceptando cosas poco a poco, eso nos enriquece y nos ayuda a afrontar futuras situaciones.
El problema es ser del todo objetivo, por definición somos subjetivos y eso no se puede evitar, además es lo especial que cada cual aporta, es lo que hará diferente cualquier cosa que hagas y que digas.
Eso sí, el dar un consejo exige tomarse la molestia previa de ponerte a tí mismo en esa situación teniendo en cuenta situaciones previas que le ocurrieron a la otra persona. Me explico, el conocer a alguien te da información para saber más o menos, cómo se ha tomado o cómo ha actuado anteriormente ante determinadas circunstancias. Eso te permite poder aplicar tus propias experiencias a ese conocimiento de la persona, y ser, o no, más "certero". Pero igual que no siempre actuamos igual ni nosotros mismos, sabiendo perfectamente nuestra propia historia y conociendo todos los detalles de decisiones anteriores, ni siquiera así, podemos preveer nuestras propias reacciones.
Por ello, escuchas, interiorizas, empatizas y luego, con mucho cariño y amor, sueltas por la boca lo que buenamente puedes, más o menos coherente, mejor o peor dicho...
No hay malos consejos, sólo que algunos te dejan igual porque no somos capaces de identificarnos con lo que nos dicen, y eso ocurre porque lo estamos viendo con nuestro prisma, no con el de quien nos lo está dando. Pero claro, cuando necesitamos un consejo es porque no estamos para traducir lo que otros tratan de decirnos, sólo esperamos que alguien hable nuestro idioma. Pero eso no es tan fácil.
Si quieres yo te dejo una sierra mecanica que me compre cuando arrase el bosque.